Maputo

Al desembarcar en Maputo durante tu crucero MSC por África descubrirás una animada ciudad portuaria donde los intensos sabores del continente están salpicados de un ligero aroma portugués. La arquitectura y la vida cotidiana de Maputo todavía muestran la fuerte influencia de la colonización portuguesa, que terminó en 1975.

Durante un paseo por la ciudad podrás ver los grandes edificios racionalistas de barrios como el céntrico y ajetreado Baixa, bautizado como el París de África por sus atareados días y su animada vida nocturna. A pocos pasos de Baixa se encuentra una maravillosa estación de tren diseñada a principios del siglo XX por Gustave Eiffel (el mismo que construyó la Torre Eiffel), repleta de mármol y hierro forjado y decorada con columnas y travesaños.

La estación está decorada con relojes, enormes ventiladores de techo, azulejos, puertas de madera tallada, bancos de hierro forjado, grandes campanas y dos antiguas locomotoras de vapor expuestas en las vías. Para recuperar fuerzas, puedes hacer una parada en el popular restaurante Kampfumo. La avenida Samora Machel alberga la célebre Casa do Ferro, un edificio construido enteramente con placas de hierro y diseñado por el mismo prolífico ingeniero francés para el gobernador portugués.

Tampoco podrás perderte una visita a alguno de los mercados callejeros de la ciudad, como el bullicioso Mercado Central, con puestos rebosantes de frutas y verduras exóticas, o el increíble mercado de pescado, situado un poco más lejos en el Caminho da Costa do Sol.

Si vienes a medio día podrás ver a los pescaderos gritar las ofertas del día y admirar el pescado fresco y la impresionante variedad de marisco, incluidos grandes cangrejos, caracoles de mar y langostas. Detrás del mercado hay un local en el que se cocina la captura del día. No podrás irte sin probar los camarones al peri-peri, con su aroma único. Finalmente podrás visitar el mercado de curiosidades de FEIMA y explorar sus raros e interesantes productos artesanales. Los amantes de la relajación podrán participar en una excursión por caminos poco transitados hasta las bonitas playas del océano Índico.
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